La Oficina de Ciencia y Tecnología del Departamento de Seguridad Nacional de los Estados Unidos ha emitido un informe llamado Project Responder 3 en el cual trata de anticipar cuáles serán las necesidades de la policía, los bomberos, los paramédicos y el personal de emergencia para responder a futuras catástrofes y/o atentados, y anticipa un policía con gafas de realidad aumentada y teléfonos de pulsera capaces de extraer instantáneamente los datos de un sospechoso, identificar a los terroristas en una multitud o detectar armas.
En cuanto a los paramédicos, sugiere que utilizarán dispositivos similares al 'tricorder' de Star Trek para evaluar el estado de una víctima y tendrán sangre artificial a mano para transfusiones, y podrán trasladar los pacientes con exoesqueletos.
Por su parte, los bomberos dispondrán de sensores que les proporcionarán un constante flujo de datos como niveles de oxígeno, mapas y advertencias, y tendrán robots para remover los escombros y para acceder a lugares peligrosos.
Las ciudades serán provistas de redes de sensores para ayudar a los administradores de emergencias y habrá softwares de aprendizaje para los novatos.
Por suerte, el informe aterriza a tiempo para admitir que las predicciones no son perfectas y plantean cuestiones tanto éticas como legales sobre el acceso a la información del paciente o la responsabilidad de una inteligencia artificial.
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